Cáncer de piel

Cáncer de piel

El cáncer de piel es actualmente uno de los más frecuentes en todo el mundo. La principal causa de su aparición es una exposición excesiva a los rayos ultravioleta emitidos por el sol. Algunos expertos consideran que las cifras aumentan cada año por el culto al bronceado de la sociedad actual, una mayor realización de actividades al aire libre y, en parte, por el adelgazamiento de la capa de ozono.

El cáncer de piel puede aparecer en cualquier persona independientemente de su tipo de piel o raza, aunque es cierto que hay personas que pueden ser más propensas a padecerlo. Aquellos individuos que tienen la piel muy blanca y se queman con el sol fácilmente, o que tuvieron quemaduras solares de pequeños o con frecuencia de adultos, son más propensos a padecer un cáncer de piel.

También influyen otros factores como poseer antecedentes familiares de cáncer de piel, usar cabinas de bronceado con frecuencia o la edad, ya que a partir de los 50 años hay más riesgo.

Tipos de cáncer de piel

Dentro de los distintos tipos de cáncer de piel podemos distinguir dos clases: cánceres cutáneos no melanoma y el melanoma.

Cánceres cutáneos no melanoma

En este tipo de cáncer el carcinoma basocelular es el más frecuente, pero también el menos peligroso porque no suele desarrollar metástasis. Esto no quiere decir que no haya que tratarlo, porque puede desarrollarse profundamente bajo la piel dentro del tejido subyacente y del hueso, y ocasionar daños importantes.

El segundo cáncer de piel no melanoma más común es el carcinoma escamoso o espinocelular. Suele aparecer en los labios, cara u orejas. En raras ocasiones se extiende a otras zonas a distancia, pero si no se trata puede resultar peligroso.

Otras lesiones de piel

Dentro de las lesiones de piel hay que destacar los nevus y las queratosis. Los primeros son células cutáneas pigmentadas, que se presentan planas o con cierta elevación sobre la piel. Generalmente no son peligrosos y en ocasiones se tienen desde el nacimiento. En algunas ocasiones pueden derivar en melanoma.

Este tipo de lesiones se suelen quitar por razones estéticas o porque su ubicación les hace estar siempre irritadas a consecuencia de roces con la ropa.

Por otra parte, en este grupo están también las queratosis solares o actínicas, una especie de manchas rugosas rojizas o marrones de la piel. Surgen en áreas expuestas al sol, y en ocasiones degeneran en carcinomas de células escamosas.

Diagnóstico y tratamiento

Para diagnosticar un cáncer de piel es necesario analizar la lesión y sus células en un microscopio. Hay que saber el tipo de cáncer, su localización y estadio de crecimiento. Una vez determinados todos estos aspectos se procede a la extirpación si es necesario.

Si el tumor es pequeño la operación se realizará de forma rápida, ambulatoria, en la propia consulta y empleando anestesia local. Basta con realizar una escisión simple que suele dejar una cicatriz fina y poco visible.

En el caso de un tumor mayor o con metástasis por ejemplo hacia los glangios linfáticos u otra zona del cuerpo, habrá que recurrir a una cirugía mayor.

Procedimiento en el cáncer de piel

  • ¿Cómo planificar esta cirugía?

    El diagnóstico inicial es el que va a determinar ante qué clase de lesión nos encontramos y cómo debemos abordarla. Para saber con exactitud cuál es el tumor al que debemos hacer frente se toma una muestra que se analiza en el laboratorio.

    A continuación se nos indicará qué tipo de intervención es la que vamos a necesitar y cómo nos hemos de preparar para la misma.

  • Tipos de anestesia

    La anestesia empleada en estos casos depende del tipo de lesión. Nuestro cirujano nos indicará si es local o general, y cómo deberemos prepararnos en cada caso.
  • La intervención

    En el tratamiento del cuero cabelludo se siguen dos procedimientos. Primero es necesario extraer la lesión y a continuación se procede a la reconstrucción.

    Los tumores de piel se han de extirpar a través de un proceso quirúrgico que es más o menos complicado en función del tipo de lesión y el estadio en el que se encuentre. En ocasiones, el proceso es ambulatorio y sólo es necesario usar anestesia local, y en otros casos hay que recurrir a una cirugía mayor y emplear la anestesia general.

  • Reconstrucción tras un cáncer de piel

    Tras la extirpación de un cáncer de piel pueden quedar secuelas estéticas y funcionales, que el cirujano plástico es capaz de paliar. En función de la severidad y su localización puede que simplemente nos quedemos con una pequeña cicatriz o que se produzcan cambios permanentes en determinadas partes del rostro como nariz, orejas o labios.

    Las técnicas reconstructivas son diversas y se ajustan a cada situación. Así, se puede abordar desde una cicatriz hasta una transferencia de tejidos desde otra parte del cuerpo para reparar la zona dañada. La finalidad principal es devolver a los pacientes su apariencia y funcionalidad, de forma equilibrada.

  • Postoperatorio

    Cada caso es muy particular y después de extirpar un tumor lo más importante además de seguir las indicaciones de nuestro médico, es realizar los controles periódicos que nos vayan pautando.

    Cuando sea necesario habrá que complementar el tratamiento con otros procedimientos relacionados con el cáncer como la quimioterapia o radioterapia, aunque esto suele ocurrir en los casos más severos.

Resultados definitivos

La extirpación del tumor es inmediata y los resultados se aprecian desde el primer momento, pero el proceso de recuperación varía. Se puede prolongar más o menos en el tiempo en función del tipo de cáncer. En general, los resultados son satisfactorios ya que el paciente puede recuperar su vida normal con su apariencia estética y funcionalidad totalmente restauradas.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se detecta un cáncer de piel?

Los cambios que se producen en el aspecto de la piel son clave para la detección precoz de un cáncer de piel. Es más común en las zonas que se exponen con más frecuencia al sol como la cara, el cuello, las manos y los brazos.

Si tenemos una herida que no termina de curar o un lunar con bordes irregulares que crece o cambia de apariencia es conveniente consultar.

A veces surge como una protuberancia suave y brillante, de color rojo o marrón rojizo. En otras ocasiones, su apariencia es la de una mancha roja áspera o escamosa.
Para detectar un melanoma hay que aplicar a nuestros lunares la regla del ABCDE, es decir, distinguir si se aprecian las siguientes características en alguno de nuestros lunares:

A - Asimétrico.
B - Borde irregular.
C - Color variable.
D - Diámetro mayor de seis milímetros.
E - Evolución de la forma, el borde, el color y el tamaño.

¿Se puede prevenir?

La mejor manera de prevenir el cáncer de piel es moderar la exposición solar. Evitar tomar el sol de 12 a 16 horas, no excederse y usar siempre un fotoprotector. Es recomendable usar gorros y gafas de sol homologadas para proteger los ojos.
Los dermatólogos recomiendan no usar cabinas de bronceado.

¿Cómo se evita la recurrencia de un cáncer de piel?

La recurrencia de un cáncer de piel se evita adoptando las mismas medidas que para su prevención. Hay que ser cautelosos con la exposición al sol y no escatimar el uso de cremas solares. Además, se deberán seguir las revisiones periódicas y controles pertinentes indicados por nuestro médico.

¿Queda cicatriz tras la extirpación?

La extirpación de un cáncer de piel puede dejar cicatriz, pero gracias a la intervención del cirujano plástico ésta apenas se apreciará. Normalmente, cuando es necesario, se usan injertos de piel de otra parte del cuerpo, que disimulan la cicatriz. Se emplean distintas técnicas que preservan la imagen del paciente así como la funcionalidad de la zona afectada.

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