El lifting facial es un procedimiento de cirugía estética para retrasar los signos de envejecimiento. Con el paso del tiempo, la piel del rostro se va deteriorando, los tejidos se caen y las arrugas se intensifican.
Al cumplir años, la piel de la cara tiende a descolgarse cada vez más. Paralelamente, pueden surgir también pliegues y acumulaciones de grasa en el cuello.
En este proceso intervienen muchos factores: la genética, la exposición solar, la pérdida o el aumento de peso, el tabaquismo, etc. Nuestra piel se deteriora y el rostro se muestra cada vez más envejecido.
Con esta técnica de cirugía estética se recupera la posición natural del volumen facial. El lifting facial nos permite tensar la piel y conseguir un rostro de apariencia más joven.
En función de lo que queramos perfeccionar, el lifting facial puede realizarse sólo o combinarse con otros procedimientos. El paciente y el cirujano plástico tendrán que determinar qué es lo más conveniente en cada caso.
Aparición de bolsas en el párpado inferior:
Un lifting facial realizado de forma profesional no cambia la fisionomía. Con esta técnica de cirugía estética el aspecto exterior de la persona se torna más joven. Se atenúan los signos más evidentes del envejecimiento como las arrugas y la flacidez.
Siempre se respeta el contorno y la forma del rostro. El paciente notará que su cara ha cambiado, pero siempre de una forma natural.
La persona que se hace un lifting facial, sea hombre o mujer, busca mejorar su aspecto exterior. Sentirse más atractivo y joven. Este es el primer objetivo de esta cirugía estética. Hay que tener claro que el envejecimiento es inevitable y las expectativas siempre han de estar dentro de la normalidad, acordes con la edad del paciente.
Un buen candidato de lifting facial es el que cumple estos dos requisitos:
Esta característica es importante porque con el lifting se realiza un estiramiento de la piel. Con esta acción se pretende atenuar las arrugas. Así, cuanto más flexible sea la piel, mejores resultados obtendremos.
Esta cualidad contribuye a una mejor consecución de los objetivos de rejuvenecimiento que buscamos con el lifting facial. Se puede aprovechar esta intervención para realizar un aumento de pómulos, que maximizará los resultados obtenidos.
La práctica del lifting facial no está indicada en una edad específica. Practicar esta cirugía estética facial dependerá del envejecimiento que presente cada paciente. Normalmente, la mayoría de los lifting faciales se realizan entre los 40 y 65 años. Esto no quiere decir que las personas que se salgan de este rango no puedan someterse a esta cirugía estética.
El lifting facial es un tratamiento que requiere un análisis individual de cada caso. Durante la primera consulta, evaluamos el rostro del paciente, su piel y la estructura ósea subyacente. Dialogamos con el paciente y definimos qué objetivo desea alcanzar y cómo quiere que sea su nuevo aspecto.
Es importante tener claro qué se busca. La principal finalidad del lifting facial es lucir un rostro más joven.
El lifting facial es una intervención quirúrgica y por ello es necesario controlar ciertos aspectos relacionados con nuestra salud general. En este caso en concreto, debemos estar pendientes de la hipertensión arterial, de si se tienen trastornos de coagulación o de si hay una tendencia a cicatrices hipertróficas.
Si se fuma, es importante dejar el hábito al menos un mes antes de la intervención. Esto es así, porque fumar provoca la disminución del flujo sanguíneo y en algunos casos puede ralentizar la evolución favorable de las incisiones de la cirugía.
El equipo médico debe saber también si se está tomando alguna medicación. Hay que tener especial cuidado con las aspirinas o determinados fármacos que puedan provocar un incremento del sangrado.
Pueden darse algunos casos en los que esta cirugía facial puede hacerse con anestesia local y sedación. Suele ser frecuente en pacientes delgados y en los que la zona a tratar se encuentra bien definida.
La mayoría de las intervenciones de lifting facial se practican bajo anestesia general. Es necesario, por tanto, un día de ingreso en el hospital.
Si finalmente el procedimiento se realiza de forma ambulatoria (sin ingreso), es recomendable que el paciente vaya acompañado de un adulto.
La técnica del lifting se basa en despegar la piel de la zona tratada, cara o cuello, para reubicar el sistema músculo-aponeurótico (SMAS), que es el que se encuentra debajo. Cuando este sistema muscular se descuelga aparece la flacidez. Con el lifting lo estiramos y lo anclamos, pero sin generar tensión para evitar una apariencia antinatural o extraña. El tejido sobrante se elimina.
El contorno de la cara resulta determinante a la hora de efectuar las incisiones y los pasos que hay que dar durante el proceso. Si se combina con otros procedimientos es posible que la intervención se prolongue. No hay que olvidar, que cada paciente es diferente y que esto influye en el desarrollo de la intervención.
Tiempo: 2 a 5 horas.
El lifting facial se tiene que hacer en un hospital. Ya sean ambulatorias o con necesidad de ingreso. No obstante, siempre preferimos que los pacientes al menos pasen una noche en el hospital, para controlar mejor su evolución.
En uno o dos días se podrá leer o ver la televisión. La incorporación a la rutina diaria puede realizarse entre una o dos semana, dependerá de cada paciente.
La primera semana tras la cirugía es la más delicada. La piel de la zona permanece inflamada y adormecida durante un tiempo.
El regreso a la actividad normal podrá realizarse en 2 ó 3 semanas aproximadamente. Al principio nuestro aspecto nos puede resultar extraño, porque la piel debe recuperarse. Es posible que en un primer momento notemos cierta rigidez en los movimientos del rostro. Las cicatrices serán también más visibles en un primer momento.
Durante las dos primeras semanas se aconseja no practicar actividades físicas intensas, y descansar para que el cuerpo se recupere con normalidad. Tampoco es recomendable el alcohol, ni acudir a saunas, darse baños turcos o tomar el sol en unos meses.
Los cambios tras un lifting facial se irán a apreciando pasadas unas pocas semanas. La inflamación va desapareciendo, la piel recupera su textura y los gestos característicos reaparecen. Las cicatrices apenas se aprecian y con el tiempo serán prácticamente invisibles.
Seguiremos cumpliendo años, pero a partir de ahora con una apariencia más juvenil.
La edad no es el factor más importante para un lifting facial. Hay personas que manifiestan el paso del tiempo antes que otras. No obstante, el rango de edad más frecuente en el que se practica es entre los 40 y 65 años.
Es posible también hacer un lifting a los 20 ó 30 años, aunque en estos casos generalmente se emplea para la corrección de defectos hereditarios.
Gracias a la técnica del lifting facial se consigue lucir un aspecto rejuvenecido y más radiante. Con esta cirugía estética eliminamos el exceso de grasa, se remodelan los músculos y el tejido facial, y se reduce la flacidez de las mejillas y las mandíbulas.
En general, el paciente va a presentar un aspecto menos cansado, pero no se eliminan todos los signos del envejecimiento.
Por este motivo, el lifting facial suele combinarse con otros tratamientos de rejuvenecimiento como la blefaroplastia o cirugía de párpados.
¿Es doloroso?
La cirugía de lifting facial suele realizarse bajo anestesia general y sólo, en casos muy específicos, se puede realizar con anestesia local y sedación. De modo que durante el proceso no se experimentará ninguna molestia.
Tras la intervención se sentirá dolor moderado, sobre todo, los primeros días. Aparece alguna inflamación y moratones, que irán remitiendo con el tiempo.
Siempre analizamos en qué lugar realizar las incisiones, buscando así que la efectividad y la discreción formen una simbiosis perfecta. Se suelen respetar las líneas naturales del rostro, siguiendo los pliegues de la oreja o por encima de la línea del cabello.
En poco tiempo las cicatrices del lifting apenas serán visibles.
¿Cuánto tiempo duran los resultados?
No podemos engañarnos, el paso del tiempo es inevitable y el envejecimiento es un proceso irreversible. Sin embargo, lo que sí está claro es que al hacernos un lifting conseguiremos que el paso del tiempo en nuestro rostro sea menos evidente.
La duración de los resultados de un lifting facial depende de distintos elementos como la genética de la piel de cada persona, los cuidados que realicemos, si somos fumadores o bebemos alcohol o la edad, entre otros.
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